viernes, 1 de mayo de 2015

N° 1

A veces pasa tiempo
y dan ganas de sacarme afuera
lo que me sale aquí, eres tu

yo quiero estar,
estar
estar
en tu luz
tu luz
tu luz

úsame
como el tazón y su café
como el labial y tu maquillaje
úsame
como todos los días
soy esa taza
soy tu labial

Quiero sortear tu miedo
tu lado que no hablas
el sol de tu ventanal, me veo allí al alba
su descenso crepuscular me entra y sale,
estando de tu mano
por la avenida

Piel fría
piel tibia
blanco espacio que nos dista
y tu violín me toca
me toca
me toca
resuena y sale aquí

Tu recordar me recuerda
tu rostro indifuminable
y tus voces,
tus voces,
tus voces,
diciéndome cómo
diciendo que hay allí, dentro de ti
dentro de mi
dentro nuestro
y nadie está aquí y tu estás

De la mano vamos
ni siquiera sospechamos que nos viene
seamos aquí
aquí
aquí

martes, 27 de enero de 2015

Visceral

Un blanco silencio que transcurre, algo lo quiebra,
tu explicación que sobra,
también tu palabra.
Deja al silencio que nos resuene,
en vez de mancharlo, límpealo con tu callar,
tu tono en punta enciende fuego de vísceras

¿Hay veces que es mejor callar?
quizás ni frecuentas esa pregunta, aquí tenla
además de este verso, algo ruidoso, algo de piedra.

Viscerales fuegos,
su espectro abrazador me sale del cuerpo.
Rabia pesada,
tanto rencor que no quise ver y rabia que no quise sentir
hoy el fuego lo quema todo y las cenizas me salen,
renovadora llama, me reduce a nada todo el escombro de tu sismo

Todo afuera ya,
me voy con la brisa de la avenida,
sólo queda sentir su liviandad que me lleva.

viernes, 2 de enero de 2015

Contemplación

El sonido les quedó exquisito,
el de un viento entre ramas,
el coro matinal de los pájaros
y... tu ayer nocturno,
tempo amargo que lo empaña todo

Ya me estremece el agitar del viento
y su cantar soplado entre las hojas
y por la tierra, húmedo verdor,
plantas que se zurcen como hebra,
su tallo improvisado, antojo silvestre de la tierra.

El reverdecer de hojas
entre caminos de sol, mi paso delgado,
aligerado por la ventisca de primavera,
me veo allí envuelto,
entre la hoja renacida y abedul,
con sus blancas raíces de luz,
allí, un acacio que se reverdece
allí afuera,
los soles de octubre le iluminan
sus rayos mueren horizontales

Esta hoja caerá de otoños,
hoy en fulgor se vigoriza,
las ramas que abrazan lo alto,
agradecen la ultravioleta miel que lo alimenta,
sus ramas alzadas, no es más que un entregarse y un nutrirse
expresando la vida misma,
con el improvisar de sus hojas,
con su mecer y su verdor rebrotado.

jueves, 1 de enero de 2015

Vi

Alguna vez extendí los brazos,
esperando la luz de los tuyos,
y me vi en medio del frío.
Algo así como un humo que desvanece,
flotante y seco.
Amargor de desierto,
soy en la triste sombra de abril,
me sumerjo allí.
Y luego abrí los brazos,
no esperé nada
y me llené de todo.